Soy poesía difusa en el tiempo
divagando soledades,
cual hoja seca del último árbol
de un otoño en destierro.
Soy mujer
de corazón sensible
clamando ternura
a gritos de silencio,
a oídos sordos.
Soy fruta madura que fermenta
en propias remembranzas.
Soy caricia de luna
que se perdió en la bruma
de un invierno.
Nadie sabe
si mi pecho arde
ó es témpano de hielo.
No sospechan
que se quema mi cuerpo
en agudos silencios.
Nadie me ha visto llorar
cuando una quimera
se disuelve en el pecho
detrás de una puerta.
No adivinan
mi alma sombría,
mis sentimientos furtivos,
mi marcada tristeza.
Nadie conoce mi poesía difusa.