sábado, 18 de agosto de 2012

Para ti que fuiste como un padre, estés donde estés





Mi corazón oprimido,
siente junto a la alborada,
el dolor de sus amores,
y el sueño de las distancias-

La luz de la aurora lleva,
semilleros de nostalgias,
y tristezas sin ojos.

De la médula del alma,
la gran tumba de la noche,
su negro velo levanta,
para ocultar con el día,
la inmensa cumbre estrellada.

Qué haré yo en estos campos
perdidos de nidos y ramas,
rodeado de aurora,
y llena de noche el alma!.
¡¿ Qué haré si tienes tus ojos
cerrados a luces claras?!,
y no he de sentir, el calor
de tus miradas.

¿Por qué te perdimos,
 por siempre, en aquella tarde clara.?


     
                       
           (Hace algo más de dos años que te fuiste en aquella                                                              tarde clara de verano, sin despedirte. 
Pero siempre estarás entre nosotros, porque nos negamos a dejarte marchar,
 y mientras estés en nuestros pensamientos, siempre estarás  vivo. 
No me pude despedir, pero me niego  a decirte adiós,
 dejémoslo en un hasta luego.
 Te echamos de menos)